Como pasó en su momento con Kloaka y Neón, y con muchos más, un nuevo grupo poético marginal despeina a los engominados vates "consagrados" limeños: Sub25. Mejor escucharlos primero.
Declaración de Amor
Ayer nos invitaron para leer en un evento de Ultrapoesía, en
donde se nos invitaba literalmente a Bombardear el Koka Kinto. Un recital de
poesía que terminó siendo bombardeada por sí misma, regida bajo el mismo orden
conservador de las lecturas habituales de la enfriadísima escena cultural del
Centro de Lima.
El festival de Ultrapoesía no fue tan ultra como se hubiera
querido. Quisimos atrevernos a ultrarizarlo y no nos dejaron. Era necesario
decir algo. Era necesario sacar los lapiceros para usarlos como micrófono,
aunque también debió ser un cartel más grande, óleo más líquido y pasamontañas
más limpias.
Nos sentimos desconsolados al ver repetirse en la “escena”
local de poetas peruanos un discurso renovador y terminar haciendo algo
totalmente contrario. No sabemos si la crisis de ahora se sienta, porque cuando
a alguien le duele la muela por 30 años, el dolor termina significando otra
cosa.
Tal vez más que crisis, se trata de un mutismo absoluto.
Querer gritar a todo pulmón y solo decir “…”. Creemos que la vida de la poesía
peruana puede dar más vueltas y hacer cosas más atrevidas como en méxico,
argentina y españa. Quizás ahora le cuesta estabilizarse y se conforma con ser
una línea blanca de amor para que dios los absorba con su infinita nariz, y con
esto estamos de acuerdo porque creemos que la nariz de dios puede ser sabia,
pero no queremos quedarnos ahí.
Creemos que las lecturas de poesía en el Perú, con
microbias excepciones, son tés de tías en donde el fin máximo de la poesía es
crear un pequeño círculo de fama para poder crear un equilibrio de factores que
se sitúan en el admirador/fan y el poeta/famoso y que ambos factores apuntan no a
la evolución del poema sino a la evolución del ego.
Pero…
¿Fue necesario hacer algo así?
Sí
¿Fue la “forma” de hacerlo?
Sí, quisimos decir cosas sin permiso del autoritarismo.
¿Acaso se computan Pancho Casas y Pedro Lemebel?
Estamos lejos de serlo, aunque la mariconería ya la llevamos
por dentro ♥
Yoko Ono era genial, excepto cuando se peleaba con Lennon.
Por eso amo a Yoko feliz y no a
Yoko comiendo papitas y escuchando
Pavement en cuartos alejados de los anteojos de John Lennon. Ambos se miran uno
al otro y luego uno a la meca y el otro al vaticano, respectivamente.
¿Dijeron algo importante?
Lo intentamos, pero nuestro corazón se rompía en cada
palabra desaliñada que soltábamos.
¿Lo volveríamos a hacer?
De hecho, (!!!).
[Ojo: Esto no debe leerse como que estaremos en el mismo
canal a la misma hora, estimados chanfainitas y mondongas :3]
Ayer oímos que nos dijeron malcriados, igualados,
mequetrefes, mocosos atrevidos y nos da gusto, porque quizás no estemos lejos
de serlo y lo aceptamos.
¿Pero había necesidad de ser atacados por el poetabrabucón
de la escena popó Limeña? ¿Había necesidad de ser lanzados contra el piso por
el amigo íntimo del clan Oropeza (ya caerás tú también pinche güey, aunque
andes comiendo canchita por europa y uses aretes). Ese poeta machete quien
recientemente había declarado en una entrevista al New York Times que: “Nunca
había visto a nadie /Llorar en un recital de poesía/ Así que mi sueño es
cumplir esa realidad/ a golpes/ en el
Koka Kinto / ♥”. Palmas compañeros,
Eduardo Cabezudo ha mostrado los triceps.
El entrevistador declaró a la poética del referido autor
como nimeista y pedestre, lo cual nos hace pensar en la anemia porque no
sabemos qué es ser nimeista, así que mejor le preguntamos a Arnold Francia.
Fuimos unos niñatos que fueron a malograrle la vitrina de
pomposidad a los One Direction de la poesía fufú peruana. Como Suede tocando en
los BritAwards. O como los Contra-Beatles cantando en una azotea hasta que
llegó Scotland Yard y nos dijo: No, Aurita no joven.
Ayer nuestra intención fue decir lo que pensábamos de la
poesía peruana, pero no pudimos decirla, siendo sinceros por tres razones:
1. No duramos más de 10 segundos porque nos sacaron a
empujones y nos lanzaron al piso como cuando la Pantera Rosa quería entrar al
país del hombrecito pero no tenía visa y taz-taz al piso. Fuimos el ojo
hinchado de García Márquez. Fuimos la bala en el pecho de Jorge Pimentel.
2. El texto que habíamos preparado se lo comió la
computadora, y tuvimos que decir lo que nos acordábamos, porque no ir iba a no
ser más que una traición a nosotros mismos.
3. Porque teníamos miedo. Y nos lanzamos a los cachos del
toro y nos cornearon.
Ayer nuestra intención nunca fue hacer llorar, ni crisparle
los ánimos a Fiorella :/. No creíamos que fuera a reaccionar tan closedmind,
aunque creo que lo sospechábamos y no queríamos aceptarlo. Meses viéndola
luchar en facebook contra la represión autoritaria de Castañeda y terminar
siendo la alcaldesa de sus recitales. Creemos que las palabras son hermosas y
se dicen sin permiso de un mandamás que pueda aprobarla, mientras no dañemos a
nadie. Idelfonso se rió, Joe Montecinos no se la creía, y a Forsayth sólo se le
rompió un pedacito el corazón.
En verdad, con toda la sinceridad del mundo, pensábamos leer
el texto completo sin que nadie nos agrediera, porque siendo invitados, y
estando en un evento Ultrapoético de recitales y performances, ni nos
imaginábamos que todo sería tan a cachetadas limpias y boquita sucia. Nuestra
intención no va en contra de ninguna persona en particular, sino a accionares
diversos presentes en todas partes que llegan a asfixiar.
No tenemos miedo de que nos tilden de chibolos cojudos, ni
de chibolos arrogantes, ni de que nos desprecien y ninguneen o nos releguen
como parias apestados. Y en caso suceda tenemos mucho pecho y mucho amor para
afrontarlo. Estamos hartos de la ceguera ante lo evidente, estamos hartos el
estanco, hartos del amiguismo, hartos de la mediocridad. Lima ya parece un
Burrito San Marquino con las llantas en el Lodo y cachimbos en la cola de las
nuevas ideas, botando la charola y esperando.
Una cuchara de palo dice:
“Apláudeme que yo te aplaudo
Invítame que yo te invito
Reséñame que yo te reseño”
Ayer sentimos un pequeño vacío porque el mensaje no quedó
claro.
Ayer unos amigos nos pidieron haberles avisado con tiempo
para ayudar a atajar a los guardias de seguridad para que no nos terminen
machacando, pero no era necesario.
Ayer extrañamos a Carlos Rojas Camacho, Jorge Rengifo y
Josue Hipolo, el resto de Sub25’s que debieron acompañarnos, porque Sub25 no
sólo lee sus poemas, sino también sale un poquito más a la calle.
Ayer Roberto y Crhistian se sintieron dos colegiales que
tenían que declararse a un/a chica/o, con un cráneo en la mano y era hacerlo
ahí o no hacerlo nunca. Dieron diez vueltas al parque, las invitaron a
almorzar, les dijeron ¿qué bonito el día, te gustaron los tequeños? y
finalmente se lanzaron.
Ayer Fiorella gritaba que ella era el futuro. Y nos gustaría
que así fuera, pero bajo su piel canelita sólo brotarán flores que emanarán el
perfume de una poesía agonizante.
Ayer se nos acercaron dos muchachas simpáticas y amorosas.
Nos dijeron rebelditos (cosa bárbara pues para llegar a ser un verdadero
rebelde, así sea de miniatura, nos faltan algunos kilómetros de experiencia), y
nos dieron hartos besos en las mejillas. Nos castigaron con el amor de una
madre diciendo: “estuvo mal lo que hicieron, si van a volver a interrumpir una
presentación háganlo sin titubear y con la pata fuerte, aunque les falte la
respiración“.
Y no nos arrepentimos de nada,
y la canción iba así:
Antonio Cisneros Muerto de cáncer a la vida
Javier Heraud Muerto de maoísmo
Jose Carlos Yrigoyen Muerto de conversacionalismo
estructural
Manuel Scorza muerto de realismo social y de tequilas
Marco Martos Muerto de burguesía setentera
Javier Heraud Muerto por el Sargento Roberto Valdivia Abuelo
en el 60’
Victor Ruiz Velazco Muerto de repetición inacabable
Javier Heraud Muerto en la sopa de piedras que era su vida
Paul Forsayth Muerto de oscuros microbuseros
Washington Delgado Muerto de in-mundicia
Rodolfo Hinostroza Muerto de Consejero del Lobo
Luchito Hernandez Muerto de fanboys
Mario Pera Muerto de amistades y reseñas
Luis Martin Cueva Muerto de Coloquios sobre Blanca Varela
Ojos de Papel Muerto por un taller de 100 soles
Kevin Castro Muerto por Jesús Lévano Pucallpa 2015
Antonio Cisneros Muerto por nosotros
Javier Heraud Muerto por nosotros
A nosotros
En nosotros
TAMAN SHUD – Escrito a dos manos entre Roberto Valdivia y
Crhistian Bafomec.
Yo no sé si estos jóvenes serán el futuro de la poesía peruana. Tampoco si lo que hacen deberían prepararlo mejor y organizarlo (tal vez sí). Lo único que siento es que este tipo de intervenciones faltosas es lo que faltaba (cacofonía adrede) en nuestra escena poética. Tal vez la risa --que imagino condescendiente y levemente cómplice-- de Ildefonso es la mejor respuesta. Hasta ahora.